11/14/2018

Costumbres

[Inserte texto relacionado al relato]


Costumbres  
Soy una persona de costumbres.
Todos los días, con frió o calor, me levanto a las 7:30 de la mañana y te doy un beso en tu mejilla, aunque este fría. A veces ya salió el sol, otras no. Pero siempre a las 7:30. Trabaje, descanse, sea el día de mi despido o mi renuncia. Siempre a las 7.30.
Luego desayuno. Me tarde mucho en el baño, o no, sirva el calentador, o no, siempre a las 8:13 estoy en la cocina. Un tazón de cereal para ti y otro para mí, siempre. Se acaba para las 8:24. Un último beso antes de irme.
“Buenos días”. Digo a Rosa de la recepción. A veces me contesta y otras no.
La silla rotatoria de mi cubículo me espera para las 8 horas de trabajo casi continuo.
A las 2 de la tarde en punto, salgo a comer. 156 pasos exactos de las puertas del edificio de oficinas a la fondita de Doña Mary.
$67.50 es el costo diario de la promoción.
156 pasos de regreso.
5 pisos a las máquinas expendedoras del comedor y 44 escalones para volver al trabajo.
6:03 de la tarde es la hora de salir. Podría adelantar pendientes pero nunca lo hago.
13 minutos de tráfico por la avenida Revolución. 12 por el Bulevar Carranza. Izquierda. Derecha. Semáforo en rojo. Derecha. Vuelta en “U”. Y para las 6:33 he llegado a casa.
Enciendo el televisor, cuyo pago tengo que hacer el 14 de cada mes, solo para que se escuche algo en la casa. La única diferencia entre el tiempo antes de las 8:31 a.m. y después de las 6:33 p.m. son los ruidos vacíos de la televisión.
Dan las 7 con 15 y te saludo a tú regreso con un beso en tu fría mejilla. Siempre a las 7 con 15. Te pregunto cómo te fue hoy y si el imbécil de Dany sigue dándote problemas. “No te preocupes por Dany” Siempre contestas.
Tú no sabes de horas ni minutos. Algunas veces hablas sin parar por media hora y otras solo 5 minutos son suficientes para resumirme tu día. Tu voz inunda el departamento. Se siente como esos comerciales baratos de limpiador de pisos con aroma. Das vida a un lugar muerto. Hablas y hablas y me fascina tu voz. Podría escucharte hablar todo el día. Siempre estoy al pendiente de lo que dices para hacer un comentario apropiado. Quizá un chiste y tu risa me entorpece tanto que se me cae algún ingrediente de la cena que empecé a preparar a las 8 y cuarto.
A las 8:45 hay dos platos servidos en la mesa.
Entre el sube y baja de los cubiertos tu voz llega a mis oídos solo para recordarme lo increíble que es tu existencia y que estés en mi vida.
Para las 9:30 de la noche, estamos en la habitación. Procedo a pasar mi brazo debajo de tu almohada para ver juntos algún programa barato en la televisora local. Siempre te dan risa lo ridículos que se ven. Para las 11:30 p.m. no se escucha ni tu voz ni tu risa.
Pienso que te has quedado dormida de nuevo.
Volteo para verte dormir antes de hacer lo mismo pero no estas. En el buró solo está tu retrato.
Lo olvide otra vez.
Me levanto a toda prisa para comprobar que no estas.
En la mesa están tus platos con la comida fría y el cereal de la mañana intacto en el desayunador. La casa entera parece un altar mientras recorro sus caminos para encontrar fotografías tuyas en cada pared. Eso explica lo frió de tus mejillas.
Recojo los vestigios del patético caminar entre recuerdos muertos que me hacen sentir vivo. Limpio la suciedad que se ha formado por tu recuerdo.
Estoy de nuevo en la habitación justo cuando llega la media noche.
Me acuesto para sumirme en tu ausencia. Las horas pasan y en algún momento entre suspiros, llantos y el amanecer, me quedo dormido.
Es el único momento del día en el que el reloj no es la métrica de mis días. No se que horas son y eso es raro ya que soy una persona de costumbres. 


10/03/2018

El Fin

Todo viaje tiene un fin. Y este es el fin del cometa. Llegamos aquí por medio de una idea que dio vida a todo esto. Y a todo. Me complace saber que termine mi saga de 7 volúmenes mucho antes que George R.R. Martin. Lo pondré en mi currículum y en mi epitafio.


El Cometa. Parte VII.


Soy un pensamiento. Una idea que vaga, que deambula por la infinita vastedad de la nada. No tengo forma ni tiempo. Lo soy todo y no soy nada. Si así lo quiero. Tengo consciencia si así lo deseo. Existo desde el inicio pues yo soy el inicio y no se si tendré un fin. Si hay un Universo es porque así lo ordeno, me de cuenta o no. Yo soy todo.
Viajo entro oscuridades eternas para encontrar luces distantes que proporcionan algo que tienden a llamar calor. Me baño en el centro de las estrellas. Fuegos nucleares acarician mi piel. Una energía purificadora que destruiría planetas se siente como un pequeño cosquilleo. La luz cegaría a seres menores pero no a mí. Lo veo todo. Transformaciones cuánticas que suceden en millonésimas de segundo se ven tan claras ante mí, ante estos ojos.
No recuerdo bien si en realidad paso pero algo ocurrió alguna vez. O tal vez lo inventé. Caía de algún lugar. En las alturas. Moría. Y no lo iba a permitir. La gravedad se acopló a mis deseos. Floté y después volé. Desperté. Todo cobro sentido y la realidad se volvió una conmigo.
Aprendí que jamás estuve vivo. Yo soy la vida y la muerte solo es una idea más. Nada más existe, solo yo. Todo pasa por mí y para mí. Para darle sentido a la ausencia del mismo.
Viajo dentro mí. Tomo forma cuando y donde quiero. Para conocer esta complejidad sin control que se desarrollo para y de mí. Pero sin mi permiso. O quizá sí.
Recorro el infinito universo de este constructo mental en forma de un cometa.
Viajo para verlo todo. Para sentirlo todo. Conocerme a mí mismo.
Veo criaturas peleando. Criaturas muriendo. Seres que conocen la felicidad y seres perdidos en la miseria. Criaturas que quizá sean inteligentes y seres sumidos en la brutalidad de su naturaleza, a veces ambos y a veces ninguno.
Veo a la madre abnegada y la esposa sufrida. Veo una pareja formando un vinculo que la distancia no podrá quebrar. Veo seres mitológicos tan antiguos como los planetas donde habitan, despertar. Veo caballeros muriendo por sus sueños y escritores deseando cambiar los suyos. Veo vaqueros espaciales recorriendo la galaxia y usándome para salvar a toda una especie.
Mil y una historias contenidas en mí. De lenguajes que no conoceré, amores que no tendré y decepciones que no viviré.
Y al mismo tiempo sí. Pues lo soy todo. Todas estas historias me pasan a mí. Y en mí. Soy yo. Somos yo. Soy ustedes. Soy tu.
Nada importa. Todas estas historias muertas que pasaron pero realmente no. Nada importa pues nada existe. Ni la vida, ni la muerte, ni el amor ni el desamor, ni la felicidad ni la miseria, ni el dolor ni el placer. Nada existe en este eterno y atemporal vacío que ha sido siempre, sin inicio ni final. Que si yo dejase de existir nada cambiaria. La oscuridad seguiría aquí pero, en lo que llego a un incierto fin, solo existo yo.
Nada más que yo.
Y solo soy un pensamiento.




9/19/2018

Montañas

Recientemente, aunque ya será un año, me mude a una ciudad con una cadena de montañas muy cerca a la misma. Prácticamente la ciudad rodea a las montañas para poder existir. Siempre me han fascinado los conceptos de seres enormes y las montañas no son la excepción. Y aquí estamos.


El Cometa. Parte VI.


¿Alguna vez has pensado en las montañas? Pero, de verdad. Apuesto a que no. Para ti son solo unas cosas que están ahí, siempre. Y duraran mucho más que tú. Eso lo sabes bien aunque jamás hayas tenido un pensamiento consciente sobre ello.
Míralas.
Voltea hacia arriba. ¿Acaso no te enchina la piel tan solo su existencia? No bajes la mirada.
Voltea de nuevo.
¿No te parece escalofriante que solo para poder verlas en su totalidad tengas que estirar tanto el cuello? Y si ni siquiera de cerca. Imagínate a un lado.
Compara su tamaño contra el tuyo. Piensa por un instante lo pequeño que eres en comparación. Eres insignificante. Existen maquinas diez veces más grandes y fuertes que tu cuyo único objetivo es arrancar pedazos de las montañas para nuestro beneficio. Y siguen ahí.
Inmutables. Perpetuas. A menos escala, sería lo mismo arrancar una hoja de un árbol. Sigue enorme y poderosa.
Hay quienes dicen que son gigantes dormidos. Titanes acostados sobre la superficie de la Tierra listos para despertar con una señal especial. Listos para ocupar su lugar como los verdaderos dueños de este planeta. Quizá ya lo hicieron alguna vez. Y se han vuelto a dormir. Esperando.
¿Las has visto de noche? ¿No?
Te invito a hacerlo. Sal a la primera oportunidad y capta su brillo. Brillan en la oscuridad. Aquellas cubiertas de piedra negra y flora poseen un brillo único. Como si fuesen mas oscuras que la oscuridad. Tragándose hacia su abismo la poca luz de la luna y las estrellas. Imponiéndose sobre el cielo negro. Destacando sobre la bastedad del espacio. Inamovibles. Vastas e infinitas.  Y luego están las de piedra blanca. Contraste absoluto contra el cielo. Desafiando la noche y su reinado. Gritando a las estrellas “Yo soy la luz, guardián de la noche, del cielo y de la Tierra. De esta ciudad y de ti.” Con su brillo espectral parecieran cobrar vida sobre el reino de Morfeo. Moverse estando quietas. Hablar estando mudas.
¿No tiemblas? Imaginar tal vastedad, tal enormidad cobrar forma y fuerza. La fuerza contenida del choque de las placas que las creo. Liberándose de las cadenas que las atan a la Tierra. Cientos de gigantes moviéndose lentamente y de repente. Haciendo temblar a la humanidad. Apareciendo desde el mar por cadenas montañosas que no conocíamos y las que jamás le dimos nombre. Despertando de su letargo a pasos poderosos y estruendosos. Islas enteras moviéndose de repente pues en nuestra increíble ignorancia jamás nos dimos cuenta de su verdadera naturaleza.
 

Ya no lo imagines, amigo.
Un cometa acaba de cruzar los cielos.
Y la Tierra se movió.


9/05/2018

Cartas

He escrito varias cartas pero casi ninguna he enviado y las que si muchas han sido ignoradas.



El Cometa. Parte V.

En una noche despejada la luna brilla sobre alguien mientras mentalmente redacta una carta que probablemente nunca enviaría y ni siquiera escribiría.

Hola.
Te escribo esto sin saber muy bien como empezar ni mucho menos como va a terminar. Nunca he sido bueno expresando lo que siento y me incomoda mucho decirle a alguien lo que pienso pero aquí estoy. Si no puedo ver tus ojos me será más fácil decirte esto.
¿Alguna vez te preguntaste como fue que nos encontramos? ¿Qué camino tomamos aquel día que nos llevo a conocernos? Si hubiera tomado otro camión aquella tarde, si hubiese tomado la izquierda en lugar de la derecha ¿Estaría escribiendo esto? Yo me lo pregunto diario. No debería hacerlo ahora pero quizá lo debí hacer la ultima vez que te vi. Esa noche debí hacer muchas cosas y tal vez lo hubiese echado a perder pero así no estaría ahora con esta sensación de vacío. Hay un espacio entre mis brazos que tiene tu figura y ya no lo podre llenar jamás.
La primera vez que hablamos supe que había algo diferente en ti, como si te faltara algo, lo mismo que a mí. Como si nos estuviéramos buscando en la oscuridad. Con los ojos cerrados, estirando las manos para no chocar.
Recuerdo también aquella vez que salimos. Todo torpe e incomodo como lo soy cuando estoy nervioso. Quería tanto causar una impresión en ti. No tienes idea los nervios que tenía. Por eso no podía dejar de hablar. Hable y hable sin parar hasta el punto en que creí que te irías. Pero no lo hiciste. Durante este corto tiempo hable mucho. Te dije mis miedos, mis sueños y mis grandes penas. Cosas que jamás le había dicho a nadie, te las dije a ti. Y lo sigo haciendo. Abriéndome por completo a tu recuerdo. Jamás fui tan vulnerable como cuando estuve contigo. Tumbaste defensas enteras con una mirada. Años enteros de encerrarme en mí, vueltos nada con una sonrisa. Desde el primer hasta el ultimo día fui completamente tuyo después de ese “hola” en abril. Desde aquella caminata pausada donde me temblaban las manos por el deseo de tomar las tuyas. Me sentí tan cercano a ti. Tan íntimo. Como si fuéramos viejos amantes volviéndose a encontrar.
Pasamos poco tiempo juntos. Y se sintió como toda una vida. Ya llevamos más tiempo separados que unidos. Y aquí estoy. Extrañándote como si no hubiera mañana. Definiendo mi existencia y sobreviviendo solo por aquellos breves momentos en los que logro NO pensar en ti. Deseando que jamás te hubieras ido, haber hecho las cosas diferente y que hubieras peleado un poco más. Pero no lo hiciste.
Me gusta creer que cuando me dijiste “te amo” fue verdad. Pero no lo sé. Quizá ambos o uno de los dos lo imaginó. Imaginó sentirlo o imaginó escucharlo. Quizá no existes y eres mi soledad hablando. Pero tengo tus palabras quemadas en la piel y tus ojos fundidos a mi pupila. Eres real. Y ya no estas.
Y no se me hace justo que puedas correr, huir y volar cuando me has cortado las alas. Yo me quedo atorado en la red de lo que alguna vez fuimos nosotros. Y la cama que una noche nos unió se siente como una prisión.
Y aquí estoy. Diciéndote adiós de la única manera que se. Aferrándome a esta tristeza que se ha clavado en mí. Una espina mas en la vida. Una vida que se asemeja más a un rosal sin cuidar, que ha perdido todos sus pétalos. Y aquí estoy. Sobreviviré sin ti. Seguiré sin ti pero deseando que un día decidas volver. Seguiré llegando a mi casa anhelando encontrarte esperándome con la mirada agachada diciendo que me amas y que ya no te iras. Yo correré para acobijarte en mis brazos. Besándote a gritos de te amo.
Pero seguiré sin ti.
Y si es que jamás llegas a volver quiero que sepas que te amo. Que siempre te recordare. Que sí, me equivoque pero lo único que siempre quise fue estar contigo y hacerte feliz. Espero y lo seas. Espero y la vida te llene de todas esas cosas que no me permitiste darte. Que sigas adelante, que encuentres quien te ame y que te ames a ti. Que seas feliz. Que encuentres a alguien que no olvide tu mirada, que levante tu rostro cuando lo agachas, que de diga lo hermosa que te ves por las mañanas, que sepa apreciar el calor de tu cuerpo y que se sienta morir cuando estas lejos. Que quiera recorrer tu cuerpo a besos, que quiera volverte su mundo entero, en fin…espero y encuentres alguien que te ame tanto como yo a ti.
Adiós.


Una estela cruzo la cara de la luna y miró al cielo. Pensando que tal vez ella estaría viendo la misma luna, el mismo cometa y que quizá, tan solo quizá estaría pensando en él. Y empezó a escribir.

8/21/2018

Persecución


Siempre estamos huyendo de algo ¿No creen? Mucha veces de lo que uno huye solo es de si mismo. Horrible, la verdad.
Aquí una pequeña persecución. Tenia ganas queriendo hacer algo así en primera persona pero no estoy seguro que haya salido del todo bien.



El cometa. Parte IV. 
La idea cruza mi mente un segundo.
Izquierda o derecha.
Derecha.
Equivocado de nuevo. Los cazas X35 me siguen mas de cerca. La distancia se cierra más y más. Acelero y casi escucho la fusión nuclear mientras ocurre a unos metros detrás de mí.
Pero no es nada para ellos. Menos con la antigüedad que apenas y pude robar.
Las estrellas distantes se vuelven líneas mientras huyo con los secretos que siempre han querido callar.
Acelero más.
Estoy seguro que apenas soy un borrón en el firmamento. Y ellos también.
Disparan justo cuando doy vueltas. Entre las estrellas nunca sabes donde es arriba y abajo pero aun estoy al revés mientras la luz solida roza el cristal Moloquiano que me protege del vacío.
Parece que llevamos días en esto y casi puedo asegurar que apenas han pasado segundos.
Todo es relativo. Mas a esta velocidad. Mas con mis dos corazones trabajando casi al mismo tiempo que mi glándula nerviosa principal.
Mas disparos en cámara lenta hacen brillar mis monitores.
Doy vueltas y vueltas apenas rozando la muerte.
Esto es estar vivo.
Las pantallas me informan que hay un planeta con atmosfera habitable a tan solo dos sectores de distancia.
Me arriesgo.
Levanto la punta de este modelo X05 y acelero para posicionarme arriba de ellos. Apunto.
3 disparos a máxima potencia. Los máximos que puede dar esta nave sin necesidad de detenerse a recargar.
Entre los escombros de las naves, la detecto. La X45. Creía que todavía no la liberaban.
Nueva, mejorada y mucho mas rápida.
Necesito llegar a ese planeta o no sobreviviré. Esconderme entre las especies y seguir con vida.
Acelero justo en el momento en que la nave se coloca donde hace unos instantes había 3 enemigos. A toda potencia viajo para huir de este formidable cazador.
Un sector.
El primer disparo roza mi nave sin que los sensores siquiera lo detecten. Los demás si son detectados pero casi inútilmente.
No puedo activar el escudo o perderé velocidad y la poca ventaja que tengo.
Ventaja que se reduce instante a instante.
Un disparo y las pruebas de la conspiración contra el rey Debahn jamás serán conocidas. La familia real perecerá y el legado de la mejor dinastía Xcaran será borrado de la historia.
Entonces la veo. Una esperanza.
Bajo la velocidad justo lo suficiente.
Mi nave estalla en luces y sonidos cuando detecta la nave enemiga preparándose para aniquilarnos.
Me dirijo directamente hacia la luz de esperanza.
La X45 ya está detrás de mí.
YA ESTA AQUÍ.
Bajo la punta de mi nave.
El X45 es demasiado rápido para hacer algo.
Choca directamente contra el pequeño cometa que cruza el planeta con atmosfera.
Viviré otro día.

6/07/2018

Mamihlapinatapai


Mamihlapinatapai (a veces escrita incorrectamente como mamihlapinatapei) es una palabra del idioma de los nativos yámanas de Tierra del Fuego, listada en el Libro Guinness de los Récords como la "palabra más concisa del mundo", y es considerada como uno de los términos más difíciles de traducir. Describe «Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar».
 Comúnmente, un beso.


El Cometa. Parte III. 

La idea cruzó por su mente solo un instante. Nunca supo si realmente fue una idea o una corazonada, fugaz como el destello y poderosa como una sonrisa. Pero le habló. Sin mas nada que decir que
-Hola.
Un silencio incomodo se apodero del metro. Se quería morir. No podía respirar, los sonidos se fugaban al espacio y si no hubiese estado sentado de seguro se hubiera caído.
-Hola, - Contestó la voz más grave que había escuchado fuera de la televisión.
La luz volvió poco después. La física no funciona cuando se une con la química de las mariposas en el estómago.
-Soy Alejandro. ¿Y tú? –
Se llamaba Josué.
Tenia 27 años.
Ojos cafés claro y piel color bronce.
Se dirigía a su trabajo en el centro.
Tenia un ligero acento al sur diluido en años caminando por estas calles y
Su sonrisa era lo más bonito que había visto en esta ciudad tan extraña y tan grande que podría comerse al mundo entero.
Las palabras fluyeron hasta su parada. Ningún intercambio digital. No. Todo sería como se hacía antes. Una fecha y una hora en un lugar determinado.
El tiempo paso más rápido de lo que quería y el día llego.
Lo reconoció mucho antes de verlo. Ya había memorizado ese caminar como si dejara avanzar la vida.
Lo saludo con nervios y una aceleración en el corazón que descubrió sería un síntoma perpetuo de su relación, de su enfermedad llamada amor.
Nunca recordara que ni en donde comieron, pero no olvidara el contacto de sus dedos mientras se pasaban la jarra de limonada ni la bella imagen mental que le regaló y se formó cuando Josué cerró los ojos para disfrutar su primer bocado.
Caminaron hacia ningún lugar hablando primero de la ciudad, luego de sus trabajos y al final de ellos. No se puede decir que fuese una cita interesante y hasta podría describirse como aburrida pero para ellos fue lo mejor. Era lo que necesitaban. Lo que buscaban sin saberlo. Aquello que los mantendría sin dormir tantas noches y soñando despiertos por muchos días. Tendrían sus peleas pero las solucionarían.
El futuro era de ellos.
Al final del día llegaron a un mirador. A uno nuevo que jamás ninguno había visitado o quizá era el mismo, pero juntos era nuevo.
Tenían el cielo estrellado a sus pies y el infinito a sus hombros.
No existía nada mas que sus miradas. La respiración se complicó. Las distancias entre planetas disminuyeron al mismo tiempo que la de sus rostros. Y en el último instante, mientras una enorme estrella fugaz cruzaba el firmamento, sus labios se tocaron.

5/08/2018

¿De nuevo?

Ahora si. Tengo menos tiempo que paso por aquí. La ultima vez fue un pequeño articulo que disfrute bastante haciendo aunque no creo que haya quedado exactamente como lo quería pero el punto se entiende. Creo que muchas cosas de las historias que mas me gustan de Superman son muy difíciles de poner en palabras, palabras que capten bien ese sentimiento. No se, quizá lo intente de nuevo en un años. Also, tenia el tiempo encima. Pero bueno, aquí estamos de nuevo. La segunda parte de esta antología (?) que tengo en la cabeza. Disfruten. O no. Hagan lo que quieran.

El Cometa, parte II


Era solo un pensamiento que tenía desde hace tiempo.
Asesino de dragones.
Un apodo que recorrería no solo su aldea sino el país entero. No habría lugar en el reino que no supiera su nombre o su leyenda.
Viviría por siempre. Bardos cantarían su nombre hasta que no hubiera quien lo escuchara. Hombres y niños vivirían su vida a su imagen. Mujeres fantasearían que sus esposos eran él solo para poder unirse al mito. Aunque tan solo fuera así, en un sueño, en una fantasía.
Primero, entrenar.
Volverse aquello que los hombres quisieran ser. Madrugar día tras día. Practicar con un palo contra un tronco. Horas antes de labrar la tierra y horas después. La fuerza ya la tenía. Años trabajando, abriéndole caminos a las cosechas para que pudiesen salir lo habían endurecido en más de una manera. Podía levantar varias veces su peso. Era capaz correr más rápido que cualquiera en su pueblo y le faltaba un entrenamiento formal.
Pero eso era imposible. Su aldea no tenía nombre ni lugar en los mapas de los grandes señores y los caballeros habían, desde hacía muchos años, olvidado el camino. Así que lo único que tenía era su tronco contra un palo que astillaba, día si y día no, su mano.
Paso años practicando contra el mismo árbol y con diferentes palos hasta que lo termino de romper.
Estaba listo.
Sin que nadie que realmente lo conociera, mas allá del granjero para cuya familia labraba, irse de su pueblo fue increíblemente fácil.
Caminó, cazó, recolectó y durmió en el suelo 3 días. Al cuarto día guiado por la dirección del sol encontró un rio el cual al seguirlo lo llevo a un pequeño lago en cuya orilla opuesta había una morada.
Nunca había visto un castillo y pensó que este lo era.
Uno muy mal cuidado porque había oído que debían tener muros enormes y guardias vigilando, pero tenía que echar la cabeza hacia atrás para ver el techo. Era un castillo. Y entro.
En la primera habitación se encontraban mesas alineadas con asientos como para 30 hombres. 40 si se juntaban mucho. Olía a comida recién hecha, a moho y a tierra. Con poca iluminación pero no lúgubre. Se acercó al primer hombre que vio que no tenía comida en la mesa.
-“¿Cómo se llama este castillo, buen hombre?” – Preguntó. El hombre lo miro como si le hubiera pegado.
-“¿Castillo? ¡Esto no es un castillo! ¿Estas tonto?”
- “Disculpe, señor. Jamás había visto un edificio tan alto así que pensé que lo era.” – Respondió.
-“Ah, eres un pueblerino. Bueno, todos aquí lo somos pero unos más que otros.” Y siguió – “Esto es una posada. La Posada del Lago que Hierve, si quieres ponerle un nombre.”- Al ver su cara de confusión, explicó: “Aquí das dinero y te dan una cama y comida. Ven, siéntate. Toma una cerveza”- Hizo una seña – “Mi nombre es Lorel. Dime ¿Qué haces fuera de tu casa?”
- “Voy a matar un dragón” – Contestó justo en el preciso momento en el que el silencio domino la posada.
10 risas diferentes llenaron de vida la habitación.
-“¡Todos los dragones están muertos!” – Gritaron 3 voces.
– “No se ha visto un dragón en más de 100 años.” – Dijo Lorel.
Varias personas se acercaron.
-“No es posible. Todos hablan de ellos en mi pueblo.” – Dijo.
- “¿Y cómo se llama tu pueblo?” – Dijo una de las voces que se acercaron. – “De seguro ni nombre tiene. ¿Qué van a saber de dragones?”- No podía ser cierto.
-“Debe de haber. Viven por siglos.” – Insistió.
-“Ni los sabios saben que les paso. Solo jamás se volvieron a ver.” Dijo Lorel.
-“Pero no entienden. Toda mi vida me la pase entrenando para matar a un dragón” – Dijo casi suplicando.
- “¡Pero ni espada tienes!” – Se burló alguien más.
- “Acéptalo, chico. No hay. Aquí arriba en la montaña solía haber muchos. Varias veces al día podías ver una llamarada en la cima. Ahora ya no. Y quienes suben encuentran solo una cueva oscura y vacía con piedras chamuscadas.” –Continuo- “Por eso le dicen el Lago que Hierve pero ahora solo el nombre tiene.”
La cerveza llego sin que nadie se diera cuenta.
Apenas sintió que se levantó. Decidido tomo el tarro el cual se terminó de un trago. Cerro los ojos y dijo – “Subiré a la montaña. Matare un dragón y les traeré su cabeza.”–
-“Ve, pues. Ten mi espada. Pero si no traes esa cabeza al bajar trabajaras para mí. Tienes buenos brazos y no se deben desperdiciar. Ve y mata un dragón.” Dijo por ultimo Lorel.
Salió rápido de ahí con la espada a la cadera abriéndose paso entre risas y burlas con un valor que no había sentido nunca.
Siguió el rio hacia arriba 7 días y uno más. Sin fuerzas casi ya subió hasta el punto donde se encontraba una cueva en cuya entrada se veían marcas de fuegos apagados hacía ya muchas lunas. Desde ahí arriba los arboles eran más pequeños que el césped. Solo existía el cielo.
La cueva se alzaba ante el con una entrada enorme y con una oscuridad que prometía que si entrabas jamás saldrías. “¡Sal, bestia!”- Grito. “¡Enfréntame!”
Nada.
Grito hasta que ya no tuvo voz y la desesperación le regalo una lagrima.
Y la oscuridad se movió.
Una masa gigante se desenvolvió de sí misma. Arrastrando sus garras de la cueva. Haciéndose cada vez más grande. Cuando al fin salió por completo la bestia parecía más grande que la montaña misma.
Garras gruesas y enormes al final de unas alas más grandes que casas. Un cuerpo que bien pudiesen ser 200 hombres apilados y una cabeza de lagarto del tamaño de una enorme carroza. El sol y su brillo le daban una belleza única a sus escamas de serpiente.
La temperatura subió.
Era fuego hecho carne.
Viendo hacia las fauces de la bestia, una figura recorriendo el cielo detrás del dragón llamo su atención. Como si una estrella cayera del cielo, atravesándolo.
Casi parecía que cortaba la cabeza del dragón. Esa fue su señal. Este era su destino.
Saco la espada.
Corrió hacia la bestia directo.
Cuando esta abrió la boca, brincó. Mientras, las llamas lo empezaron a rodear. Estaba en lo cierto. Este era su destino.
Esta sería su leyenda.

4/18/2018

¿Porque Superman?

Nunca he sido una persona muy abierta. Nunca he sido el tipo de persona que va por el mundo hablando de si mismo ni de sus gustos pero al mismo tiempo jamas los he negado. Creo fervientemente que somos lo que nos gusta. Somos lo que amamos y cada una de las cosas que forman tus gustos son una pequeña parte de tu personalidad. Entonces, cada cierto tiempo después de conocer a alguna persona nueva o de platicar mucho tiempo con una persona ya conocida siempre aparece una pregunta "¿Porque Superman?". La mayoría del tiempo solo desestimo la pregunta con un "Porque es el mejor. Sin el no existiera nadie mas." Cosa que es verdad, creado hace ya 80 años fue el primer superheroe con poderes en aparecer en un cómic. Seguido pasa que continua la platica con que Batman es mejor, que no tiene poderes y muchas cosas mas y muchos otros héroes mas. Y seré el primero en admitirlo, Batman es genial. Junto con muchos otros héroes de toda editorial hay muchos personajes que son geniales y son muy divertidos de leerlos y disfrutar sus aventuras pero, para mi, ninguno como Superman.
Y esta bien. Entiendo. El hombre del mañana no es un personaje que pueda llegar fácilmente al corazón de todos. No en esta época.
Vivimos en una época cínica y oscura donde mas que otra cosa impera la desesperanza, la fatiga, el hartazgo donde día con día se siente mas la desidia y el cansancio de vivir en un mundo cada vez mas gris. Por lo tanto, tiende a ser mas que obvio que busquemos como héroe a aquel personaje que viviendo en circunstancias similares (si no es que peores) a las nuestras puede aun así lograr hacer el bien siempre triunfando de las maneras mas geniales que se pueda ver.
Entonces, de nuevo, ¿Porque Superman?

Podría remontarme a hace ya casi 14 años cuando por Canal 5 pasaban Smallville. Recuerdo haber quedado enganchado desde el primer capitulo. Al día de hoy sigo sin estar seguro porque. Casi puedo ver mi expresión de desespero cuando, después del final de la segunda temporada, pusieron el primer episodio. Se sintió como esas veces que después de Majin Boo Canal 5 nos ponía a Raditz de nuevo. Pero tenia que saber mas, TENIA QUE. No me podía quedar así. Fue un gran final de temporada. Uno de mis favoritos. Para esos años yo tenia mis primeros contactos con el mundo del Internet así que lo use para averiguar que pasaba. Encontré una pequeña pagina que tenia no solo los resúmenes de los capítulos hasta la tercera temporada si no ademas, varios artículos dedicados no a la serie si no al personaje en el que algún día Clark Kent se convertiría. Difusamente recuerdo haber leido un articulo sobre la Muerte de Superman. La historia me pareció fascinante solo del resumen. Este ser todopoderoso y bienhechor sacrificando su vida para salvarnos. Dentro de esos artículos venían muchas, muchísimas historias mas que ya no quería solo leer sobre ellas, quería leerlas y tenerlas en mi colección. Por ese entonces yo, olvido porque, había abandonado la lectura de historietas las cuales empece a coleccionar cuando tenia unos 8 años y leía a Spider-man (con la saga del clon rondando por los puestos de periódicos de mi ciudad a números sueltos y apenas completos). Los leía y por alguna extraña razón lo deje de hacer. Así que decidí buscar comics en Culiacan, poblado hermoso que es un rancho grande con aires de ciudad y aun mas por esos años. Mágicamente, a mi memoria viene entrar a un pequeño local con el logo de la Editorial Vid situado por la calle Benito Juarez entre las avenidas Alvaro Obregon y Ruperto L. Paliza. Ese lugar expandió mis horizontes como casi ningún otro lugar lo ha hecho en mi vida. Cientos o quizá miles de pequeñas historias brillando en esos anaqueles. Y en uno medio apartado de todos estaba un tomo especial del aniversario de la Muerte de Superman. Lo compre sin dudarlo. Esa semana, ya no pude comprar nada mas en el recreo.

En la santidad de mi cuarto cuando termine de leer esa historia, lloré. Fue impactante la fuerza de una historia tan simple. Un hombre dando todo de si, hasta su vida, por salvar y proteger aquello que ama. Los pequeños detalles que hacen a esta historia tan magnifica los fui detectando a lo largo de los años cada vez que la leía, cada vez que me quebraba. Y así empezó. Desde ese momento empece a consumir casi cualquier historia de la maravilla de Metrópolis. que llegara a mi. Nuevas, clásicas, Elseworlds y un largo etcétera que estoy seguro no llega ni a la cuarta parte de historias escritas de el. Soy un novato.

Pero, la pregunta persiste ¿Porque?

Tratando de ponerlo en palabras y en puntos en especificos, aqui esta el porque:


  • Su humanidad. 
  • Mas allá de sus poderes lo que mas me ha encantado del hombre del mañana es lo humano que llega a ser. Desde rescatando personas en incendios hasta conteniendo agujeros negros en sus manos, Superman jamas pierde esa actitud tan humana en su forma de ser. Siempre demostrándonos que a pesar de todo sigue siendo solo un chico de una granja que quiere ayudar. Muchos otros personajes lo han reconocido. Superman es el mas humano de todos ellos.

  • Su humildad. 
  • Algo que es muy característico del personaje es que siempre trata a todos de igual manera. Nunca menosprecia a nadie y siempre a todos les da su lugar. A pesar de ser el héroe mas grande del mundo (en su universo) con todos habla como si fueran amigos de toda la vida. Una característica que sorprende y alienta a todos esos héroes "de tercera" que lo conocen por primera vez.


  • Su enorme capacidad para hacer el bien. 
  • ¿Que harías tu si tuvieras los poderes de Superman? Creo que lo ultimo que una persona común y corriente haría seria ayudar a los demás. El ultimo hijo de Krypton podría conquistar el universo si así se lo propusiera pero por como fue criado, por los valores que le educaron desde pequeño elige por sobre todas las cosas ayudar a los demás. Ya sea deteniendo un meteorito como enseñándole a un niño a defenderse o haciendo feliz a un pobre oficial de policía derrotado por el peso de la vida diaria. 

  • Su determinación. 
  • Uno pudiera decir que "¿Que tan difícil es ser Superman?" teniendo todos los poderes del mundo, ningún obstáculo es imposible ¿Cierto? Pero historia tras historia hemos leído retos del Hombre de Acero en los que pierde uno o todos sus poderes y sigue luchando. Siempre. O enfrenta retos imposibles de escalas multiversales sin energía apenas ya para continuar, envenenado por kriptonita, afectado por la magia, controlado por poderes psíquicos. Reto tras reto, Superman nunca se rinde. Jamas. Siempre hay una manera. 

  • Su ejemplo. 
  • Muchas historias hay, tanto reales como ficticias, de como el ejemplo de Superman ha ayudado a muchas personas a seguir adelante en muchas adversidades. Es un modelo a seguir de tratar de hacer siempre lo mejor que podamos por nosotros mismos y por los demás. Nunca rendirnos y siempre dar lo mejor de cada uno. Hasta Batman admitiendo que si Superman inspira a todos los demás héroes de la Tierra a pelear, lo harán aunque la situación se vea imposible. 


  • Esperanza.
  • Aunque tiene relativamente poco que la "S" significa esperanza, Superman siempre ha sido la mayor representación de la misma. La idea eterna de que siempre todo va a salir bien, de que todo funcionara para mejor si nos esforzamos. De que una sonrisa y un abrazo en el momento oportuno puede salvar una vida. Una luz en estos caminos tan oscuros. Siempre provocando que volteemos al cielo en busca de un mejor mañana. 

Creo que eso es, al menos en mayor parte, lo que me encanta de Superman. Una idea básica, simple y sencilla. Un héroe en toda la expresión de la palabra. No perfecto pero que siempre lucha y se esfuerza por hacer de si mismo y del mundo un lugar mejor. 
Ahora imagina, cierra los ojos por un segundo y recuerda ese momento en tu vida en que sentiste que ya no podías mas, en el que ya no dabas mas de ti e imagina como te hubieras sentido si justo en ese momento Superman, un ser casi divino, casi omnipotente, un ser grande en casi todos las maneras en que se puede interpretar la palabra grande, hubiese llegado a decirte "Todo va a salir bien." 
Así se siente ese símbolo, así se sienten las buenas historias de Superman. 



Tras estos 80 años de existencia, luego de haber nacido el mes de Abril de 1938 y ya alcanzado tu numero mil en tu serie mensual solo queda decir: Muchas gracias. 







1/20/2018

Tratando de recuperar el habito

Tenia mucho tiempo, mas de 8 meses para ser exacto, sin pasarme por aquí. 
Tenia la espinita clavada en el cerebelo que me recordaba que tenia un blog ansioso, espero, de recibir mis letras.
Y mírame, te estoy hablando como si realmente me pudieras escuchar.
Estoy en tu cabeza. Aquí me quedare. Esta haciendo frió, piensa en algo caliente querido lector. Piensa en un cometa.


El Cometa (Parte I)


 Solo fue un pensamiento. La alarma sonó para, casual y lastimeramente decirnos que la segunda estrella ya estaba apareciendo. Era hora de llevar a los niños a su instrucción diaria. Si no fuera por eso quizá ni se hubiera levantado ese día. Era un día sin marido.
Aunque el segundo sol avisaba que tal vez le quedaban tres días para volver a verlo ella ya se había vuelto inmune a su ausencia. Extrañarlo o no, esa era la tercera pregunta al levantarse. Obviamente después de la segunda y la primera.
Ya había pasado un tiempo desde que se preguntaba las mismas cosas una y otra vez. Al levantarse y al dormir, las preguntas eran casi las mismas. Las repetía una y otra vez, en un orden determinado más por la ilusión que el azar. Sabía que se decía a sí misma que todo era un juego al azar pero la inevitable verdad se mantenía pegada a su cuello durante el tiempo en que estaba sola. Y ahora no había podido contestar la primera.
Quizá mañana.
Quizá.
Y su rutina seguía. Vacía caminando por las calles de la ciudad. Pasos que la llevaban a ningún lugar. La mañana seguía su camino pero ella no seguía ni el suyo.
Sin enfermedades desde hacía mucho su pequeño hogar estelar no había cambiado para nada en los últimos 79 eones. Sin haber salido jamás de la galaxia ni de su grupo de estrellas, la civilización había ahogado cualquier forma de infelicidad que pudiera atormentar los sueños de los hombres. Hambre que solo era recordaba como un mito, una leyenda que rondaba los viejos caminos de ciudades aún más viejas que recorrían el ahora conocido como subsuelo. Los niños creían que jamás pasarían hambre. Y así fue.
Energía popular gratuita que alumbraba cada rincón posible con tal de mantener a los monstruos siempre ocultos. El sueño se había vuelto más un ritual que una manera de descansar. Costumbre innecesaria pero inevitable. Un vestigio de nuestro pasado, un recuerdo de jamás ir mas allá de nuestras capacidades. El apéndice de la vida diaria. El límite de lo posible y lo imposible. Podías vivir para siempre pero debías dormir una vez al día al menos.
Sin misterios en lo profundo y sin racismo alguno. El planeta, después de encontrar la eternidad, se había vuelto uno y nada más uno. Una nación. Un planeta. Habían evolucionado tanto que no ocupaban naves espaciales. Su hogar era uno. Viajando entre las estrellas hasta encontrar la adecuada. O las adecuadas.
Vacía. Así se sentía. No había forma de explicarlo pero no había más. La paz era estable, su vida era estable. Todo era estable. Excepto ella. La semilla de la revolución que jamás germino. Un día por la mañana decidió que todo estaba bien cuando todo estaba mal. Lo sabía en su ser y no lo podía negar. Pero era demasiado tarde. El mundo estaba bien y ella no. No. No.
Preguntarse si los llevaba a su clase era algo cruel pero innecesario. Lo haría de todos modos. Era inútil pero lo hacía para recordarse a sí misma que la primera pregunta no era tan real. Tan peligrosa. Eran sus niños. 14 y 8 ciclos. No faltaba poco para que alguno de los dos la abandonara. Pero era inevitable. Si no lo aceptaba pronto el despido la mataría un poco más. No era verdad pero su narcisismo la hacía pensar de esa manera para creerse una mejor persona. Quizá lo fue una vez pero ya no. Ya no.
A veces la tercera y segunda pregunta era lo mismo. Envuelto en palabras diferentes.
Su hogar era perfecto. Cuando se fue, cuando llego y cuando se tuvo que ir de nuevo jamás le paso por la cabeza que algo de su casa estuviera donde no debería de estar. Ni cuando casi la atropellan una señora y su adolescente escandalosa. No eran nativos pero no importaba. El tono de su hogar era de un blanco perla y un rosa melón. Lo mejor de la temporada había dicho alguna vez un anuncio en la televisión.
Los niños llegaron. Aprendieron algo. Eso cree.
Eso les festeja y por eso les sonríe. Ello la motiva.
Termina la mañana sin poder saber que dirá la noche pero sabiendo que a las mismas jornadas estelares tendría que hacer lo mismo que había hecho el día anterior. Nada cambiaba. Era perfecto.
Lo odiaba.
Aquella era una zona sin luna. Durante los próximos meses no tendría luna que la persiguiera a través de la noche para contarle una historia. Estaba harta de las historias. Estaba harta de su casa, harta de su planeta, harta de su nación, harta de las estrellas, harta de los planetas, harta de la energía perpetua.
Estaba harta de estar harta.
No sabía cuánto faltaba para que el cielo de su casa que imitaba la noche acabara su programación. Sabía que eso no importaba. Se dormiría cuando se dormiría.
Si es que lo hacía.
Y al mismo tiempo se tendría que levantar para seguir adelante. Responder que si a la tercera pregunta implicaba mucho esfuerzo a veces, imaginárselo cerca estando tan lejos. Podía hacerlo pero era agotador. Pensar en él. Todo el día. No sabía si lo volvería a ver y la duda la carcomía cuando respondía que si. No lo pasaba a menudo pero lo hacía.
Víctima más de su manía de hacerse la víctima. No estaba segura si debía seguir vivía. No saber también era una respuesta. Después de todo un día se había contestado.
El cielo se mostró de nuevo.
Dos estrellas ahora en el firmamento. Una mostrando una gran estela que recorría todo lo que alcanzaba a ver.
Dos estrellas en el cielo no se habían aparecido en 37 siglos.
La sonrisa volvió a ella mientras encontraba su respuesta.